domingo, 14 de octubre de 2012

VISITA A SAN JERÓNIMO

Una de las pinturas alegóricas del Coro Alto
 
A las once de la mañana nos dimos cita en el compás de San Jerónimo 60 amigos de la O.C.G. con la intención de hacer una visita al marvilloso monasterio que sirvió de tumba al Gran Capitán y a su mujer la Duquesa de Sesa. En otras ocasiones ya habíamos visitado este monasterio, pero el sábado ibamos a realizar una visita en la que podríamos entrar en el claustro alto y en el coro alto, espacios que tradicionalmente no son muy accesibles. Para franquearnos el paso a estas zonas nos acompañó el guia e intérprete del patrimonio Rafael Villanueva.
Comienzo de la visita
Comenzamos la visita con una pequeña introducción junto a la capilla de la torre, en la que Rafael nos fue introduciendo en el origen de la orden jerónima en Granada desde su presencia en el Real de Santa Fe y cómo se trasladaron a Granada, primero a los terrenos del actual Hospital de San Juan de Dios y después a las huertas que en la actualidad ocupa. Tras ello, entramos en la iglesia del monasterio donde pudimos contemplar las estupendas pinturas murales ejecutadas por Juan de Medina entre 1723 y 1735, continuamos la visita promenorizando algunos detalles de las capillas -como el hecho de que eran vendidas como enterramiento a familias nobles- para llegar a la cabecera del templo, en donde se alza la magnífica obra arquitectónica y decorativa de Diego de Siloe. Allí Rafael, tras realizar un panegírico del Gran Capitán y su esposa María Manrique, duquesa de Sesa, relacionó a ambos con los programas iconográficos de héroes y heroinas que se desarrolla en los arcos del crucero, recordando que en este espacio es donde están enterrados ambos y relacionando el templo con la Capilla Real de los Reyes Católicos. Más adelante, explicó el programa iconográfico del magnífico retablo del altar mayor y tras ello, volvimos a salir al claustro para subir por las escaleras neobarrocas al claustro alto y desde ahí acceder al magnífico coro. 



Vista de la cabecera del templo desde la balaustrada del Coro alto. Una vista impresionante
Detalle de las bóvedas de crucería decoradas con las pintruas de Juan de Medina que cubren el Coro alto
Desde el coro la visión de la iglesia es majestuosa y se pueden apreciar con claridad el por qué de la elevación del presbiterio a la usanza de la Capilla Real. Pudimos ver la solería original con sus olambrillas cerámicas, algunas fechadas. La magnífica sillería de Diego de Siloee, en la que se ha reproducido el panel de la silla prioral con la imagen de la Virgen y el niño, pues la talla original está depositada en el Museo de Bellas Artes de Granada. También pudimos ver la magníficas vidrieras de Arnao de Vergara y las cajas de los órganos, magníficas tribunas que desgraciadamente no albergan los magníficos instrumentos que en su momento tuvieron.
La tribuna y caja de uno de los órganos de San Jerónimo
Proseguimos la visita por el claustro bajo, entrando en las diversas salas que lo componen como el refectorio y la sala de profundis, donde se encuentra instalada una magnífica ventana procedente del castillo de la Calahorra. Terminamos la visita en la sacristía, donde también nos comentó Rafael Villanueva la procedencia de alguna de las obras que allí se encuentran, como el lienzo de medio punto del Ángel de la Guarda de Risueño que en origen estaba en San Juan de Letran o la gran mesa de mármol que centra la sala, cuya porcedencia es del Carmen de los Mártires y fue legada al monasterio por Sor Cristina de Arteaga, heredera del Conde las Infantas y pieza clave para que volviera la orden jerónima al monasterio granadino.

El grupo en la bajada de la escalera principal del claustro

Sin duda, una visita interesante por la belleza del espacio y las obras de arte que cobija, y también muy especial por las estupendas explicaciones de nuestro guia y acompañante.

Uno de los últimos momentos de la visita en el monasterio, concretamente en el antiguo refectorio.

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